Pedro de Mena

Nuestra Señora de la Soledad. Cabra, Sábado Santo 2016.

Pulsa sobre las fotos para abrirlas a mayor tamaño.

Martes Santo, Córdoba 2015: Hermandad del Buen Suceso.

Pulsa sobre las fotos para abrirlas a mayor tamaño.

Magna Jubilar de Cabra (X): Nuestra Señora de la Soledad.

           

Pulsa sobre las fotos para abrirlas a mayor tamaño.

El hermano gemelo de Jesús Caído: el Nazareno de Alhendín (Granada).

Agustín Camargo Repullo

Historiador del Arte

Este año, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído de Córdoba celebra el CCL aniversario de su fundación, motivo por el que el próximo día 26 de septiembre sus titulares saldrán en salida extraordinaria desde la Santa Iglesia Catedral para regresar a su sede canónica, la iglesia conventual de San Cayetano.

Por ello, qué mejor ocasión para dar a conocer los resultados de nuestras labores de investigación sobre la hechura de la imagen del Señor. Esperamos que todo cuanto vamos a revelar a continuación resulte de su interés.

1. Jesús Caído Córdoba.

Nuestro Padre Jesús Caído, Córdoba.

La imagen del Caído cordobés, conocido en un primer momento como Jesús Nazareno, fue donada por el canónigo y maestrescuela de la Catedral D. Francisco Antonio Bañuelos y Murillo, aproximadamente en 1670. Sin embargo, habrá que esperar hasta 1736 para que sea colocada en su capilla, cuyas obras habían comenzado cuatro años antes, ocupando hasta entonces la capilla de San José (última del lado del evangelio).

Tallada en madera de pino, con una altura que sobrepasa el metro, plasma una de las tres caídas de Cristo camino del Calvario. Se nos muestra arrodillado en el suelo, soportando el peso de la cruz sobre su hombro izquierdo, con el rostro vuelto hacia los fieles, mientras apoya su mano derecha en una piedra. De autor desconocido, se ha querido encuadrar en el entorno del afamado escultor granadino Pedro de Mena (1628-1688), hipótesis que parece llegar con la última de las restauraciones, llevada a cabo por Miguel Arjona Navarro en 1979.

Por lo general, todos compartimos la idea de que Jesús Caído presenta evidentes similitudes con el Señor de la Oración en el Huerto, imagen que llega a San Francisco en 1977 procedente de la desaparecida parroquia de San Nicolás de la Ajerquía, donde recibía culto en el interior de una gran urna, en un altar de la nave del evangelio construido en 1708. Dado el gran parecido existente entre ambos titulares cristíferos, mayor aún en el pasado por el uso de pelo natural también en el caso del Huerto, es lógico pensar en un origen común, por lo que se ha apuntado igualmente al círculo de Pedro de Mena como posible autoría.

2. Huerto Córdoba.

Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, Córdoba.

No obstante, en la provincia de Granada hallaremos una imagen que se asemeja aún más si cabe al Caído, nos referimos a Nuestro Padre Jesús Nazareno de la localidad de Alhendín. Y es que, como pueden comprobar, ambos guardan un parecido realmente asombroso, tanto es así que nos atrevemos a hablar de imágenes “gemelas”. Las diferencias en verdad son mínimas, aparte de las que cabría esperar al no tratarse de la misma iconografía.

En este caso, nos encontramos con una representación de Jesús con la cruz a cuestas, una figura erguida (1,62 m. de alto), aunque ligeramente encorvada, y en actitud itinerante, pues adelanta su pie izquierdo. Llama la atención que Cristo, al cargar la cruz de nuevo con el hombro izquierdo, gira la cabeza a su derecha de manera similar a la talla cordobesa, lo que unido al empleo de peluca de pelo natural hace que su aspecto sea más próximo todavía.

Como era habitual en el Barroco, son imágenes de vestir, pensadas para ser ataviadas con ricos ropajes, motivo por el que presentan articulados los brazos a la altura del codo. En ellas, únicamente se trabajan las partes visibles, es decir: busto que engloba hasta la parte superior del tórax, brazos y parte de las piernas, mientras que el resto del cuerpo aparece esbozado.

3. Caído Córdoba - Nazareno Alhendín.

Comparativa entre Jesús Caído de Córdoba y Jesús Nazareno de Alhendín (Granada).

En sus rostros domina una expresión de serenidad y cansancio, son de proporciones cuadradas, con barba muy poblada, mejillas hundidas que hacen que resalten los pómulos, ceño levemente fruncido y frente despejada. De mirada baja, casi rozando la extenuación, aunque no exenta de dulzura, que busca la interacción con el fiel; los ojos son de cristal, con el iris pintado en tonos castaños, y algo hundidos en las cuencas oculares, siendo el modelado del párpado inferior, con bolsas, un rasgo distintivo; a todo esto habría que sumar la aplicación de pestañas postizas. Las cejas son largas y de trazado más bien rectilíneo, mientras que el entrecejo adopta un esquema triangular.

La nariz por su parte es recta, no demasiado prominente, de formas redondeadas, y un poco aguileña; la boca aparece entreabierta, con las comisuras hacia abajo, dejando ver los dientes superiores y la lengua tallados en su interior. En último lugar, en lo que respecta a la barba, ésta es bífida y más larga en la zona de la barbilla, ocupando gran parte de las mejillas y dejando libre el entorno de la boca; se trabaja mediante pequeños mechones peinados verticalmente, en los que la gubia llega a alcanzar cierta profundidad. Se termina a punta de pincel.

4. Nazareno Alhendín.

Nuestro Padre Jesús Nazareno, Alhendín (Granada).

En cuanto a datos, la primera referencia a la talla granadina, de autor anónimo y datada en el siglo XVII, la encontramos en el inventario parroquial de 1732, que alude a “una cruz grande y pintada que porta la imagen de Jesús Nazareno”. La imagen contó con hermandad propia hasta los años setenta, que celebraba un triduo en su honor con posterior salida procesional el último domingo de enero por la mañana, a raíz del voto realizado tras el terremoto acaecido en 1884; volvía a salir a la calle el Jueves Santo para el rezo del vía crucis. En la actualidad, y desde que en 1994 pasara a formar parte de la Hermandad del Cristo de la Expiración, realiza estación de penitencia el Viernes Santo, abriendo la procesión del Santo Entierro.

Jesús Nazareno de Dúrcal (Granada).

A las citadas imágenes, cabría añadir una cuarta y última, de nuevo en tierras granadinas, que se ajusta en gran medida a las características descritas, tal es el caso de Jesús Nazareno de Dúrcal, resultando cuanto menos curioso al tratarse una vez más de un Cristo con la cruz. Como decimos, la obra sigue punto por punto todo cuanto hemos indicado: cuerpo algo flexionado, pierna izquierda adelantada, cruz -de sección rectangular- en el hombro izquierdo y cabeza girada a su derecha, peluca de pelo natural, etc.

6. Caído Córdoba - Nazareno Dúrcal.

Comparativa entre Jesús Caído de Córdoba y Jesús Nazareno de Dúrcal (Granada).

Si bien, algunos detalles lo alejan ligeramente del resto. Entre ellos, señalar en primer lugar la barba, bastante más corta y trabajada de manera más somera, sobre todo en las mejillas, alcanzando un mayor desarrollo en la barbilla, aunque en este caso sin ese pequeño mechón bajo la boca. Los labios responden de igual modo al modelo común, más carnoso el inferior y con forma de «M» podríamos decir el superior.

Similar es también el modelado de la nariz así como el entorno de los ojos, vítreos y de color marrón, en los cuales la principal diferencia radica en los párpados superiores, más abiertos, aportando un mayor dramatismo al rostro, a lo que contribuye igualmente la pérdida de las pestañas de material. Por otro lado, si la imagen de Alhendín se encontraba estrechamente ligada a Jesús Caído, ésta de Dúrcal se nos antoja quizás más próxima al Señor del Huerto, tal y como se deduce del material gráfico adjunto.

5. Huerto Córdoba - Nazareno Dúrcal.

Comparativa entre el Señor del Huerto de Córdoba y Jesús Nazareno de Dúrcal (Granada).

En lo referente a la policromía, consideramos un tanto absurdo su comparación, ya que la capa polícroma siempre es el elemento más susceptible de sufrir alteraciones con el paso del tiempo, resultando difícil saber si se trata o no de la original. En cualquier caso, todas van a presentar los regueros de sangre producidos por la corona de espinas, a excepción lógicamente del Huerto; asimismo, en la mayoría se da la coincidencia del hematoma del pómulo izquierdo. Sobre el estado de conservación, quizás sea la imagen de Dúrcal la que más daños presenta, siendo numerosas las lagunas tanto de color como de preparación, principalmente en la frente, nariz y ambos meñiques.

Llegados a este punto, hemos realizado un análisis pormenorizado de la postura que adopta el cuerpo y la cabeza, así como de los rasgos faciales. Debido a la imposibilidad de visualizar correctamente los pies, aunque salta a la vista las semejanzas entre ambas imágenes cordobesas, sólo resta referirnos a las manos, trabajadas con suma delicadeza, en ellas también es posible establecer puntos en común, basta con observar ese estudio anatómico que resalta huesos, venas y tendones; el modo en que se doblan los pulgares será algo que se repita. De hecho, la mano izquierda del Nazareno de Alhendín, por ejemplo, el giro brusco de la muñeca en señal de crispación, recuerda y mucho a las manos del Cristo de la Oración en el Huerto cordobés.

Finalmente, hemos de citar como aditamento la corona de espinas, de orfebrería y acompañadas del típico nimbo -en lugar de las habituales potencias- en el caso de las efigies granadinas.

10. Nazareno Dúrcal.

Primer plano del Nazareno de Dúrcal (Granada).

Conclusiones: autoría y datación.

Tal y como apuntábamos al comienzo del presente estudio, la imagen de Jesús Caído debió de realizarse en algún momento de la segunda mitad del siglo XVII, coincide por tanto con la fecha de ejecución estimada para el Nazareno de Alhendín, mientras que la hechura del Nazareno de Dúrcal se ha situado en el siglo XVIII, algo a todas luces erróneo, vista la afinidad existente con el resto de imágenes.

En ese periodo, el taller más activo en la ciudad de Granada era el de Pedro de Mena, esto seguramente ha llevado a relacionar la imagen del Caído con dicho escultor. Ésta es una teoría que, aunque no podemos descartar, verdaderamente me parece como poco cuestionable; pienso que carece de una base lo suficientemente sólida, por lo que puede crear confusión.

Y es que, según mi criterio, este grupo de imágenes emparentadas entre sí en el que nos hemos centrado, presenta unos rasgos comunes que, en efecto, se apartan considerablemente de las características propias del estilo de Mena, claramente definido a pesar de la multitud de obras salidas de su taller y la presencia de no pocos seguidores de su estética.

7. Eccehomo, Pedro de Mena.

Pedro de Mena: Ecce Homo, Museo Nacional de Escultura de Valladolid y Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

De este modo, observamos como Pedro de Mena va a crear un prototipo de imagen de la pasión de Cristo, representaciones del Ecce Homo en su mayoría, bastante diferente. Diferencias que podemos apreciar claramente en la nariz, generalmente más ancha, de tabique más grueso, y con orificios nasales muy abiertos. Pero sobre todo resulta muy significativo el tratamiento que se da a la barba, pegada al mentón, con el pelo en dirección oblicua hacia la barbilla, mientras que en los casos anteriores recordemos que era típico la división en pequeños mechones peinados hacia abajo; bien distinto es igualmente el bigote. Por otro lado, es notable también la falta de sintonía en el modelado del entorno de los ojos y el entrecejo, ahora relajado, y, en menor medida, la boca.

Finalmente, podemos comprobar lo diferentes que son otras imágenes del Nazareno relacionables con el entorno de Pedro de Mena en la provincia de Granada, como puede ser el caso de las tallas de Gójar, Melegís, Ogíjares, Otura o Víznar.

Por todo ello, quizás sea el momento de plantear otras posibilidades en lo que a autoría se refiere. Al respecto, no podemos dejar a un lado la figura de Bernardo Francisco de Mora (1614-1684), formado como escultor en Baza junto a Cecilio López, se trasladará a Granada para cubrir el vacío dejado por Alonso de Mena, fallecido en 1646.

Así pues, encontramos al patriarca de los Mora asociado, precisamente, al taller de Pedro de Mena, con el que había llegado a un acuerdo de colaboración, trabajando ambos como ayudantes de Alonso Cano a partir de 1652. Si bien, con la marcha de Mena a Málaga en 1658 para realizar la sillería del coro de la Catedral, Bernardo de Mora se hará cargo de un gran volumen de trabajo, convirtiéndose en el escultor más destacado tras la muerte de Cano en 1667.

Por tanto, debemos tener muy presente que, sin lugar a dudas, fue Bernardo quien debió asumir el grueso de la demanda escultórica en Granada de buena parte de la segunda mitad del seiscientos, periodo en el que vuelvo a recordar que se sitúa la hechura de Jesús Caído. Es más, la morfología de la talla nos resulta más próxima al arte de la familia Mora que a la estética de Mena.

8. San Joaquín, Bernardo de Mora.

Bernardo de Mora: San Joaquín (1663), parroquia de la Magdalena de Granada.

De hecho, en la parroquia granadina de la Magdalena encontramos una imagen de San Joaquín, de tamaño menor que el natural (1,25 m.), que muestra evidentes analogías; ubicada en la hornacina izquierda del retablo de la Virgen del Buen Parto (primera capilla del lado del evangelio). Antonio Padial identifica la talla como la encargada a Bernardo de Mora en 1663 por la desaparecida Hermandad de Nuestra Señora de la Candelaria, siendo hermano mayor Cristóbal Toscano; el artista recibiría un total de 1300 reales por la escultura.

Ponemos punto y final al presente escrito citando otras obras de Bernardo de Mora, quizás la más conocida sea el busto-relicario de Ecce Homo que se guarda en la sacristía de la Capilla Real de Granada, tallada en 1659 después de que Mena no pudiera cumplir con el encargo por su marcha a Málaga; igualmente destacable es el Arcángel San Miguel, imagen de dos metros de altura realizada en 1675 para la ermita del Albaicín. En último lugar, aludir a las imágenes de San Juan de Dios y San Rafael Arcángel (1679), que reciben culto en el crucero de la basílica de San Juan de Dios.

9. Nazareno Alhendín.Fotografías:

Antonio Arrebola, Jorge Berrio, Agustín Camargo, Andrés Fresno, Manuel J. García, Rafael Montenegro, Antonio Padial, web Hermandad de Jesús Caído de Córdoba, Costaleras Nazareno Alhendin (facebook), Nuestro Padre Jesús Nazareno y Ánimas Dúrcal (facebook).

Fuentes utilizadas:

– Base de datos de Patrimonio Mueble de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura.

– Maestre Ballesteros, Antonio: Vestigios de la Escuela Barroca Granadina en Aguilar de la Frontera. En Aguilar Digital. [http://www.aguilardigital.es/?p=9237].

– Molina Valero, José: La iglesia de Alhendín, historia y arte. Alhendín, 2000.

– Padial Bailón, Antonio: Hermandad de Nuestra Señora de la Candelaria de la Magdalena. En Hermandades de Gloria de Granada. [http://apaibailoni.blogspot.com.es/2014/01/hermandad-de-nuestra-senora-de-la.html].

– Ramírez de Arellano y Gutiérrez, Teodomiro: Paseos por Córdoba, o sean apuntes para su historia. Córdoba, 1873. Tomo I. Edición de 2003: Editorial Maxtor, Valladolid. Pag.  206.

– Toscano, José: Jesús Caído, en restauración. En Alto Guadalquivir. Córdoba, 1980, Especial Semana Santa.

Nuestra Señora de las Tristezas de Córdoba, atribuida a Antonio del Castillo.

Agustín Camargo Repullo

Historiador del Arte

Hace tan solo unas semanas que la cordobesa Hermandad del Remedio de Ánimas celebraba un besamanos extraordinario con motivo de la reposición al culto de su titular mariana, Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, tras la restauración a la que ha sido sometida por parte de Ana Infante de la Torre; la intervención, además de eliminar la amenaza de insectos xilófagos que afectaba al soporte, se ha centrado en la recuperación de la policromía original de la imagen, oculta tras dos repintes que impedían la correcta lectura estética de la obra.

En lo referente al origen de la imagen, ésta se incorpora a la hermandad en 1975, tras haber sido adquirida a un particular de Écija, realizando su primera estación de penitencia dos años después. En la historia material de la escultura, consta únicamente la restauración de Miguel Arjona Navarro previa a su bendición, encargado igualmente de realizarle un candelero, ya que en origen se trataba de una imagen de medio cuerpo.

Con respecto a la hechura de la talla, pocos son los datos de los que disponemos, basta con saber que se cataloga como obra de autor anónimo datada en el siglo XVII; es por ello que, en el presente artículo, nos ocuparemos de su posible autoría, intentando arrojar un poco de luz sobre algo tan importante dentro del campo de la imaginería como es conocer qué mano fue la que creó el bello rostro de la dolorosa de San Lorenzo.

Tristezas Córdoba.Ntra. Sra. de las Tristezas, tras la reciente restauración.

En diciembre de 2013 se publicaba el libro titulado Antonio del Castillo, escultor antequerano 1635-1704, escrito por el investigador Jesús Romero Benítez; de este modo, se daba a conocer todo un catálogo de obras adscritas a la producción de un artista bastante desconocido hasta el momento. Sin embargo, el principal interés de dicha publicación radica en la documentación de dos imágenes destacadas como obras salidas del taller de Del Castillo, se trata de Jesús Nazareno de la localidad de Benamejí (Córdoba), realizado en 1695 tomando como modelo al Caído de Antequera de José de Mora; y la Virgen de la Soledad de la malagueña Congregación de Mena, antigua Virgen de los Desamparados de la extinta Cofradía de la Humildad de Antequera (1692).

No obstante, se configura igualmente un listado de imágenes atribuidas; concretamente, nos centraremos en las dolorosas relacionadas con el autor antequerano, la mayoría de Málaga y provincia, dado el gran parecido que, como veremos a continuación, muchas de ellas guardan con la Virgen de las Tristezas de Córdoba.

Soledad Descalzas Antequera. Virgen de la Soledad o «Priorísima», Museo de las Descalzas de Antequera.

En primer lugar, hemos de hablar de la Virgen de la Soledad o de las Lágrimas – llamada la “Priorísima” – del Museo Conventual de las Carmelitas Descalzas de Antequera, cuya autoría a del Castillo está documentada; realizada hacia 1692, en un principio con destino a Córdoba para el cardenal Salazar, llegaría al cenobio en el año 1700 como fruto de una donación, allí presidió durante siglos la sillería monacal.

Como sucedía antiguamente con la Virgen de las Tristezas, nos encontramos ante una imagen de busto hasta las caderas, que descansa sobre una pequeña peana; se trata de una tipología propia del ámbito conventual o para la devoción particular, ya sean imágenes de talla completa o de vestir como es el caso; presentan la ventaja de que, además de ser más fáciles de transportar, basta con colocarlas sobre una cómoda en el interior de una vitrina.

Tristezas Córdoba - Priorísima Antequera.Ntra. Sra. de las Tristezas, Córdoba – Virgen de la Soledad, Descalzas de Antequera.

La importancia de esta dolorosa en el asunto que nos ocupa es doble, pues sabemos que no ha sufrido retoque alguno, por lo que las similitudes con la imagen cordobesa se extienden además a las carnaciones, una vez que la titular de Ánimas ha recuperado la cuidada policromía con la que fue concebida, una policromía llena de matices que contrasta con la palidez que lucía con anterioridad a la restauración. Se compone la capa polícroma de un tono base nacarado, complementado con suaves toques rosados en mejillas, párpados y labios; de estas labores pictóricas solía encargarse su primo, Antonio Germán del Castillo.

Del citado busto antequerano, recordemos que documentado, van a partir una serie de atribuciones, basadas en las similitudes existentes; tal es el caso de la que quizás sea una de las imágenes que morfológicamente más se acerca a la dolorosa de Ánimas: Nuestra Señora del Mayor Dolor de Cabra, atribuida a Antonio del Castillo en la monografía dedicada a su figura; la imagen, que recibe culto en la parroquia de la Asunción y Ángeles, fue restaurada por Santiago Molina Ruiz en 1999. Esa evidente conexión física que une a ambos simulacros marianos, es palpable especialmente si comparamos sus perfiles.

Tristezas Córdoba - Mayor Dolor Cabra.Ntra. Sra. de las Tristezas, Córdoba – Ntra. Sra. del Mayor Dolor, Cabra.

Y es que las tres imágenes, junto a otras que veremos más adelante, siguen un mismo patrón que se distingue con facilidad, detectamos unos rasgos comunes que se repiten con más o menos variantes; rasgos que son los que definen el estilo propio del escultor en cuestión, su manera personal de configurar un rostro, y que hacen posible la labor del investigador a través del análisis y cotejo de los mismos, única opción disponible cuando se carece de documentación de archivo.

Cabría añadir a este grupo a la Virgen de los Dolores – más conocida como de las Lágrimas – de la iglesia de la Concepción de Melilla, procedente del Peñón de Alhucemas; así como a María Santísima del Amor y la Sangre, de la Hermandad del Nazareno de Archidona (Málaga), imagen que ha llegado hasta nuestros días en excelente estado de conservación, restaurada por Juan Manuel Miñarro a principios de 2013. Ambas muestran un gran parecido con la dolorosa cordobesa en torno a la que gira este estudio, especialmente la primera de ellas, tal y como atestigua el material gráfico adjunto.

Tristezas Córdoba - Lágrimas Melilla.Ntra. Sra. de las Tristezas, Córdoba – Virgen de las Lágrimas, Melilla.

Así pues, nos vamos a encontrar con imágenes de expresión compungida a la vez que serena, imágenes de gran carga espiritual y honda conexión con el fiel, que, en definitiva, es el principal fin de la imaginería barroca; algo en lo que, sin duda, tuvo mucho que ver la condición de clérigo de Antonio del Castillo. Son imágenes de una belleza idealizada, delicadas, de rostro ovalado con mandíbula un tanto prominente, en la que se destaca la barbilla, con hoyuelo; mientras que los pómulos apenas se resaltan. El cuello es algo corto y cilíndrico, sin anatomizar, al fin y al cabo habría de quedar oculto por el uso de rostrillo, como corresponde a una época en la que la práctica totalidad de dolorosas eran ataviadas de riguroso luto, algo que se ha mantenido en la imagen que hoy nos ocupa.

Entre los rasgos faciales, llaman la atención esos grandes ojos almendrados, semicerrados y dispuestos con cierta oblicuidad, de mirada baja y perdida que rebosa dulzura y compasión; los párpados, abultados a consecuencia del llanto, muestran una línea marcada a golpe de gubia que llega a convertirse en una especie de «seña de identidad»; resta por comentar el empleo de los habituales postizos, como son las pestañas de pelo natural – pintadas a punta de pincel en el caso de las inferiores – y las lágrimas de cristal que recorren las mejillas. Unas cejas de trazado sinuoso, aportan el grado de dramatismo, aunque con entrecejo, de esquema triangular, relajado en exceso.

Tristezas Córdoba - Amor y Sangre Archidona.Ntra. Sra. de las Tristezas, Córdoba – María Stma. del Amor y la Sangre, Archidona.

Por lo demás, presentan nariz recta y un poco aguileña, trabajada con esmero, con formas suaves y punta redondeada; surco nasolabial visiblemente marcado y boca entreabierta en actitud dialogante, como lanzando un suspiro, que deja ver unos dientes tallados con minuciosidad, con labios carnosos de comisuras notablemente abiertas.

En cuanto a las manos, siempre aparecerán juntas y con los dedos entrelazados en actitud orante, con los pulgares cruzados, colocando los antebrazos pegados al vientre; de este modo, es posible que se pierda cierta expresividad, pero se logra mayor austeridad e intimismo. Lamentablemente, en numerosas ocasiones, las manos originales, de acuerdo al gusto actual, suelen sustituirse por otras separadas, que portan atributos tales como el pañuelo o el rosario; al respecto, podemos poner como ejemplo las imágenes de Melilla o Archidona.

Otras atribuciones al maestro antequerano, esta vez en la ciudad de Málaga, y muy parecidas entre sí, son María Santísima de la Encarnación, de la Cofradía de los Dolores del Puente, y María Santísima de Consolación y Lágrimas, titular de la Archicofradía de la Sangre, veneradas en las iglesias de Santo Domingo y de San Felipe respectivamente; ésta última, hasta el momento relacionada con Fernando Ortiz, ha sufrido varias restauraciones que han modificado sustancialmente su aspecto primitivo, la última de ellas a manos de Luis Álvarez Duarte en 1972.

Encarnación (Dolores del Puente) Málaga. Primera Estrella Málaga.

María Stma. de la Encarnación (Dolores del Puente) y primera Virgen de la Estrella, iglesia de Santo Domingo de Málaga.

Podríamos decir que ambas imágenes, a grandes rasgos, responden a las características que venimos enumerando, aunque con algunas diferencias notables, que afectan principalmente a los ojos, más cerrados, casi rozando la extenuación; por otro lado, dan la sensación de que esbozan una leve sonrisa. En una de las capillas de la citada parroquia de Santo Domingo, recibe culto igualmente la que fuese la primera Virgen de la Estrella, que procesionó entre 1942 y 1945, cedida por la familia Souvirón Utrera; se trata de otra de las dolorosas atribuidas a Ortiz, cuyos rasgos, sin embargo, evidencian una clara aproximación a las creaciones de Antonio del Castillo.

Cabría añadir otro simulacro mariano, también en Málaga aunque de culto privado, conocida con la advocación de Ntra. Sra. de la Soledad; sus rasgos morfológicos, plenamente concordantes con todo cuanto hemos comentando, hacen que podamos considerarla como obra adscrita a la producción de Del Castillo. De igual modo, citar la dolorosa de medio cuerpo que atesora la cofradía malagueña de Jesús El Rico en su casa de hermandad.

Soledad, colec. priv. Málaga. Dolorosa, Hdad. El Rico.

Virgen de la Soledad. Colección particular, Málaga – Dolorosa, Cofradía de Jesús El Rico.

En último lugar, citar a María Santísima del Amparo, perteneciente a la Cofradía del Huerto de Archidona y muy similar a Amor y Sangre de la misma localidad; algo alterada en lo que respecta a policromía y con el cuello probablemente modificado, las manos – separadas – que presenta en la actualidad no se corresponden con la calidad de su busto.

No podemos concluir sin antes señalar la influencia de Pedro de Mena en la obra de Antonio del Castillo, apreciable sobre todo en parte de su producción cristífera – mientras que en otros casos se acerca más a la estética de los Mora – pero igualmente presente en sus dolorosas, en las que observamos esos rostros de proporciones un tanto anchas y mandíbula pronunciada. Muestra de ello es, por ejemplo, la Virgen de la Divina Providencia, propiedad de un particular malagueño, toma su advocación del lugar del que procede: el convento de dominicas de la Aurora y Divina Providencia (vulgo catalinas), donde ocupaba una hornacina en el coro alto. La imagen, anteriormente catalogada como obra del círculo de Fernando Ortiz, es hoy de medio cuerpo, tras haberle suprimido su candelero primitivo, aunque conserva su policromía original en buen estado.

Curiosamente, se da la coincidencia de que en la segunda planta de este mismo cenobio se conservaba – desconocemos si continúa allí, puesto que el inmueble se encuentra a la venta desde 2006 – otra dolorosa, arrodillada y con una altura de 1,20 m., con la cabeza levemente inclinada a su izquierda y las manos entrelazadas. Consideramos que la imagen se corresponde perfectamente con el estilo de Del Castillo.

Divina Providencia, particular Málaga. Dolorosa Convento Aurora Divina Providencia Málaga 2.

Virgen de la Divina Providencia, colección particular de Málaga – Dolorosa convento de la Aurora y Divina Providencia de Málaga.

En lo referente al citado influjo de Mena, aclarar que Antonio del Castillo – quien también trabajó como tallista – realizó su aprendizaje en el taller de su padre, Juan Bautista del Castillo; sin embargo, es probable que, tras la muerte de éste, pasase a formar parte del taller de Pedro de Mena. No obstante, José Luis Romero Torres apunta a una posible colaboración en la sillería del coro de la Catedral de Málaga, contratada por Mena en 1658.

Llegados a este punto, hemos tenido ocasión de comprobar la cercanía de la imagen de Nuestra Señora de las Tristezas de Córdoba al estilo de Antonio del Castillo (1635-1704), mediante los paralelismos que muestra con otras obras previamente relacionadas con el autor. Por ello, según mi criterio, podemos concluir señalando que la titular de Ánimas, por todo lo desarrollado a lo largo de este artículo, pasaría a catalogarse como obra atribuida al escultor antequerano, datándose con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo XVII, o los primeros años del XVIII a lo sumo.

* Nota: actualización (julio de 2015), incorporación de nuevas imágenes relacionadas (Soledad, colección particular Málaga; primera Virgen de la Estrella, iglesia de Santo Domingo de Málaga; y dolorosa, convento de la Aurora y Divina Providencia de Málaga).

Fotografías:

Base de datos de Patrimonio Mueble de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura.

http://esenciascofrades.blogspot.com.es/

http://cabradigital.net/

http://www.hermandaddelapasion.org/

Melilla la Vieja

http://www.nazarenoarchidona.com/

http://www.azulyplata.net/

http://islapasionforos.mforos.com/

http://atqfotoscofrades.blogspot.com.es/

http://sinelabeconcepta.mforos.com/

José Ignacio Aguilera, M. Reyes Gómez, F.J. Gutiérrez, Joaquín Salcedo Canca.

Enlaces de interés:

http://almotamid.com/2015/02/28/la-pasion-oculta-ntra-sra-de-la-soledad/

http://www.diariosur.es/v/20140414/semana-santa/profundo-dolor-melancolico-obra-20140414.html

http://www.cofradesmalaga.com/profiles/blogs/un-libro-revela-que-la-soledad-de-mena-fue-tallada-por-un-esculto

http://laopiniondecabra.com/ampliar.php?sec=actualidad&sub=noticias&art=4799

Procesión de María Santísima de la Sangre y la Santa Cruz – Rute.

El pasado día 3, la Hermandad de la Vera-Cruz volvía a poner en la calle a su titular mariana para recorrer las calles de su barrio como colofón a las fiestas de la Cruz. Como viene siendo habitual, la imagen de la Virgen, atribuida a Pedro de Mena (siglo XVII), en esta ocasión se mostraba bajo palio y con su manto rojo salpicado de flores; igualmente tradicional es que el trono se recubra de claveles que forman diversos motivos, completándose el exorno floral con rosas, orquídeas, lilium y azucenas.