El primer domingo de este mes de mayo, las calles de Lucena se llenaban de fervor en torno a su patrona, la Virgen de Araceli; la imagen, que lucía saya roja y manto verde datado a finales del siglo XIX, procesionó hasta pasada la medianoche que entraba en la Parroquia de San Mateo en medio de un gran castillo de fuegos artificiales.